22-12-2007

Soy Mc-Ondo....

Ser un escritor McOndo no implica tener que escribir mal o citar a cada momento un grupo de rock distinto. Sino qué, es renunciar a los fantasmas, es abandonar los fantasmas espirituales por los verdaderos fantastmas que todos tenemos. Es indagar en los cien o cincuenta o treinta o quince años de soledad que casi a todos los latinoamericanos nos toca vivir, aguantar y soportar.

Ser un escritor Mc-Ondo es preguntarse ¿Hasta cuándo todo lo que se escribe en América Latina será sobre pueblos rurales, folclor, lo ocurrido hace decenas o centenas de años; cómo puedo identificarme con un personaje que pase lo que pase puede morir y resucitar, con una abuela voladora, o con un sitio donde los tucanes hablan?...

Si es asi, yo lo soy.

05-12-2007

R. S.

... Sintiendo que todo lo que ha sucedido en el ultimo año es un puto parentesis: La mujer lo engaño y se divorcio, estafó a la empresa de su padre, quedo de volver y no volvio. Creo que AF tiene razon. Los parentesis se parecen a los boomerangs: Aparecen de la nada, y diseccionan tu pasado de tu presente en un segundo con un golpe seco y certero. Quedas muy atento. Aterrado e inmovil. En vez de actuar tiendes a esperar. Esperar. Esperar que el boomerang vuelva y cierre el circulo. Ese circulo que tan facil abrió.

Esta cita es parte de Road Story (Alberto Fuguet & Gonzalo Martínez. 2007) Estamos frente a la primera novela gráfica chilena, hecha a partir de, bueno... Road Story. Esa nouvelle que es una pieza en el rompecabezas llamado ``Cortos´´.

Bueno, Road Story está muy bueno, asi que leanlo. Yo, por supuesto, ya lo leí.

Quiero ademas compartir con Uds. una epifanía que viví. Todos sabemos de esa seudo-obsesión que tiene AF con el Hotel City de calle Compañía. Bueno, este texto lo compré en la Librería Manantial que se encuentra al lado del Hotel. ¿Hay mejor cosa que eso para un fan que eso? No se me ocurren muchas otras.

Creo en...

Creo en los guionistas que muestran verdad literaria, de esa que a veces es más real que la realidad.

Creo en los personajes interpretados por actores que sienten la historia que les toca representar.

Creo en aquellas ficciones que son capaces de salvar. -Aunque sea por un rato- al ser humano.

Creo en la sensación que se experimenta cuando ese escritor, ese director de teatro, de cine, te hacen un regalo mostrandote que puedes conectar con otros. Y compartir tanto con su personaje como con el mismo tu realidad.